Hoy la Luna está más hermosa que nunca, esta noche, al mirarla,
pienso que jamás la he visto tan bella, tan redonda. Empapa mi cara, mi
cuerpo, penetra dentro de mí y me llena de una sensación de alegría como
jamás la había sentido antes.
Viéndola pienso en ti, en todo lo bueno que hemos pasado juntos,
dejando atrás los problemas, pues no me apetece recordarlos; no, ahora
toca mirar al frente, se que te quiero, lo siento, y no me gustaría
perderme ni uno de tus besos sabiendo que podría haberlo recibido. Qué
importa el pasado si lo que deseamos es mirarnos a los ojos, abrazarnos,
besarnos, cogernos la mano y pasear, o estar sentados al lado, muy
juntos; sintiendo esa sensación que sólo los que han estado enamorados
conocen y que se graba a fuego en el corazón abriendo una herida que ni
el peor de los males podría cerrar. Qué derecho tiene el pasado a
robarme el presente que realmente quiero. Acaso cuando miro ahora la
luna en su esplendida perfección pienso en que para llegar a esto ha
tenido que crecer desde formas imperfectas. No, no me importa lo que
haya sido, lo que se haya hecho, simplemente dejo que me llene con su
luz. Siento el presente dejando atrás todo, hago caso a mis
sentimientos, que de hacerme feliz son los que más saben.
Hoy, mientras paso mi brazo sobre tu hombro, siento que la Luna
está más hermosa que nunca y, aunque eclipsada por tus ojos, me hace
recordar que te tengo, ahora, y eso es lo importante.\